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Hamburguesería poco deseable (de la serie «nombres poco afortunados»)

Bueno, hay que decir que el nombre es poco afortuando en castellano, por eso hice la foto, pero quizá suene bien en polaco, pues fue en ese país donde se ubica la susomostrada hamburguesería. No me acuerdo del pueblo o ciudad donde se hizo, pero aunque me acordase de la pronunciación del nombre es casi cierto que erraría en la grafía. Arriesguemos sin embargo: Cracovia (en castellano) y Krakow (en nativo). Y si alguien conoce la ubicación, pues que le eche una mano a este pobre Acechor.

Y no somos los únicos

A colación de la noticia anterior les quiero informar de que pueden ustedes dejar de rezar y de creer en dioses católicos. Ya no hace falta la Expaña ya no es el país «reserva espirtual de Europa y drugstore de América» (Pedro Ruiz dixit). Ahora los polacos a tenor de la caída del régimen salvaje comunista y su adhesión al régimen salvaje capitalista siguiendo los dictados de Wojtyla y su monigote Wałęsa, se ha convertido en la gran esperanza de los nuevos tiempos. Y manejan platita, no crean, motivo por el cual se dedican a modernizar las forma de la iglesia por esos lares. Tienen publicidad en las calles y karaokes en las iglesias. Todo un dechado de imaginación y adaptación a los nuevos tiempos. Bueno, más o menos, porque no llegué a ver ningún confesonario automático, que quizás los haya, menudos son los polacos.

Vean la publicidad en esta foto hecha en Gliwice:

y el karaoke pascual en una iglesia de la misma localidad:

 

La invasión de Irán está servida

Si el auto ataque de USA al Maine provocó la invasión de Cuba en 1898, si el auto ataque de Alemania en Gleiwitz (hoy Gliwice) provocó la invasión de Polonia en 1939 y, dicen, el auto ataque de USA a las torres gemelas en 2001 la invasión de Irak, aquí tienen señores y señoras la causa de la inminente invasión de Irán.

Y si no, al tiempo. Me juego el avión privado con el lector que quiera.

Estampas polacas

graduacionContinuando con la entrada de ayer sobre la gUSAnización de los polacos, adjunto una fotografía tomada en un restaurante de Ruda Śląska, una pequeña ciudad de lo que en español se conoce como Silesia. Se trata de los comienzos de la ceremonia de graduación que se celebra, según me informan, 100 días antes de la graduación. El evento que antaño se celebraba en el gimnasio del instituto, es un baile amenizado por orquesta que ha degenerado a una fiesta por todo lo alto con trajes de gala, grabación en vídeo, fotógrafos con estudio portátil, orquesta pija y una gran dosis de bobada. Esa misma bobada que ha arrasado con los orígenes y sentidos de las celebraciones hasta convertirlas en puro derroche de boato en nuestro país (véase BBC – bodas, bautizos y comuniones-). En la foto, no muy afortunada por otra parte, se aprecia todo lo anteriormente citado. El precio medio de la asistencia a tal evento ronda, me dicen, los 250 euros. Cantidad nada despreciable en un país cuyo salario más habitual es de unos 300 euros en muchos casos y de 450 en casos de afortunados (los 800 ó 1000 euros de España). Vean, señores y señoras, cómo la estupidez campa a sus anchas por la Europa de la crisis.

Como reflexión adicional quede que, con probabilidad, esas «bellas-ceremonias-de-las-pasteleras-pelis-yanquis» no son sino una adaptación de la vieja costumbre polaca llevada a los USA por los emigrantes y que, en tradición de ida y vuelta, ha convertido a los propios polacos en víctimas del mundo superficial, estúpido y postalero que las películas de Hollywood nos venden como el modelo al que debemos mirar.