Vean el cartel nuevo del más reciente curso de Alonsize. Lo pongo porque hace tiempo publiqué un comentario sobre un cartel de un curso de Alonsize. Una persona se enfadó mucho, me escribió un correo-e y le contesté por el mismo medio. La verdad es que los blog, estos blog, están precisamente para el intercambio de opiniones, y por eso se admiten comentarios. Quedó aquello en un simple intercambio de pareceres, oculto a la mirada de los lectores de estas páginas (o pajinas mentales). El otro día vi un nuevo cartel sobre un nuevo curso. A fe mía que no tiene las características que el anterior produjo el comentario. El diseño del cartel no me gusta, pero sobre gustos, ya se sabe. Quizá lo único que se puede decir es que la modelo de la foto no ha salido con un gesto muy risueño y eso en el mundo de la modo es habitual, pobres gentes de pasarela que siempre salen con cara de mala leche. Yo creo que la chica resultaría más guapa si estuviese sonriente, con apacible gesto, pero esto también es gusto personal.

Se preguntarán ustedes, entonces, porqué pongo este comentario. Pues es sencillo, es justicia decir lo bueno tal como se dijo lo malo. Les juro que no pienso publicar más cosas de Alonsize, ni de nada, en unos días que huyo de las marianadas y otras yerbas. Voy a cazar bobadas varias para entretenerles el verano.

Esta imagen es la de un panfleto que encontré hace unas semanas en una corchera. Se trata de un pretendido curso en que gentes del mundo de la moda pretenden adoctrinar a otras gentes «de provincias» en su búsqueda de éxito y ascenso en la escala social de la moda. Igual son muy conocidas en este submundo o en el portal donde viven. En cualquier caso me recuerda que vivimos en un mundo en que los buscavidas están a la caza de incautos que, a juzgar por la «lista de espera» de que disponen, no deben ser pocos. Bueno, quizá esa pretendida «lista de espera» y ese «imán para el éxito» sólo son un reclamo, como ese cartel que cuelga en edificios vacíos de todo el país «últimas viviendas».