No me refiero al rey ni al emérito, no. Allá estas gentes con sus «trabajos» que pagamos religiosamente el resto de mortales no tocados por la gracia de los cielos. A ver, Acechor, céntrate que te vas por la tangente y aquí estamos para otros menesteres.
Vean qué bello cartel capté hace unos años en Pontevedra. Luego se quejarán de que los abnegados usuarios de las carreteras gallegas no se aclaren, pero ¿cómo nos vamos a aclarar con semejante jerigonza? Falta excelencia en el trabajo. Si esto era hace años no quiero ni pensar que cómo será ahora.
