Desde luego la inventiva publicitaria no tienen límite. Caso ejemplar es este sobre de plátano macho frito que se vende en Lidl y que anuncia, como quien no quiere la cosa, una lluvia dorada sobre el mundo. Jesús, que tolerancia la de esta sociedad-suciedad que vende las perversiones en bolsas asequibles a cualquier bolsillo. Bueno, quizá estoy siendo muy mal pensado y todo resulta en una mala interpretación, involuntaria, del texto que acompaña al producto. Veamos, busco en el oráculo del siglo XXI (sangoogle) a ver que dice: y, efectivamente se confirman mis temores puesto que todas las primeras entradas hablan de sexo. Vale, pensé que me estaba volviendo paranoico. Entonces la conclusión es clara y evidente: PQC (Pero qué coño) piensan los diseñadores cuando hacen su trabajo. O, siendo castellano (ergo pensando mal para acertar), ¿no será perfectamente voluntario el desliz?
En fin, buenas noches, que se me calienta la neurona y lo mismo peta como una batería en cortocircuito.
Archivo de la etiqueta: Suciedad
Estado del bienestar 2.0

Sin duda el ser humano se acostumbra a la comodidad y la lleva como pesada mochila durante toda su vida. ¡Cuántos sudores y disgustos nos cuesta! Se ve por todas partes un exceso de confort (por usar un anglicismo) en los padres que plastifican a sus niños con condones integrales de carricoche, en los tiernos infantes con gafas de sol, en los adolescentes electronificados, en los coches cargados de chorradas, en las casas frías en verano y calientes en invierno, en los servicios bienolientes de la publicidad, en las máquinas gimnásticas sin-esfuerzo-alguno, en los botones marcados con «auto» en cualquier aparato… Vivimos rodeados de comodidades y eso lo absorbemos todos por la piel. Y sino, díganme ustedes, impenitentes lectores, qué pinta el cojín rosa (ROSAAAAA) debajo del pedigüeño de la foto captada en navidades en la zona de compras más frecuentada por la cuernocracia salmantina. Por cierto, capté una pellejuda (=señora con pieles) en segundo plano, pero por mor de la limpieza de la imagen, osea la comodidad de la visión, la eliminé para no perturbar sus ojitos.
Y que Papá-pitufo me perdone, pero les juro que el tiempo no estaba como para andar pidiendo, que lo más posible es que hiciese bajo cero y ese pobre hombre andaba ahí aguantando como un jabato los embates del hambre, del frío y de la indiferencia de los posibles limosneros que, a juzgar por alguna mirada, pensaban que son todos iguales, que hacen cualquier cosa con tal de no trabajar.
Servicio público

En el campo charro encontramos un ejemplo de la evolución, avance y modernización de nuestro entorno rural castellano.
Y que nadie se ría, que la solución es fantástica; limpieza y ecología todo en uno: puedes aliviar tus preocupaciones (comodamente y sin riesgos a los cardos) a la vez que abonas un árbol.
Humm, pensándolo bien, quizás no sea la solución más ecológica porque, ¿no provocará esta solución excesivas emanaciones de gas de efecto invernadero a la atmósfera?
¿Será esto todo lo que seremos capaces de hacer avanzar al entorno rural español?