Ya hice alguna entrada en el blog hablando de este señor (o señora, váyase a saber) pero como me voy encontrando pintadas pues les hago fotos y se las brindo a los sufridos lectores de estas páginas. Allá van:



Ya hice alguna entrada en el blog hablando de este señor (o señora, váyase a saber) pero como me voy encontrando pintadas pues les hago fotos y se las brindo a los sufridos lectores de estas páginas. Allá van:
Parece que ahora que han pasado las elecciones ya no hace falta seguir con la mentira del triunfalismo económico, máxime cuando estamos:
Hay un viejo chascarrillo que describe las capacidades deductivas de la guardia civil mediante «Hay colillas, aquí han fumao» y que podemos aplicar al estado de la cosa socio-económica. He encontrado en una chatarrería de Valladolid las fotos que acompaño. Foto general y detalle por si no ha quedado claro. Y explicación verbal: cómo estará la cosa que hasta la chatarra hay que atarla con cadenas y candados. Lo tremendo de todo es que la calle donde se encuentra el susodicho negocio se llama «Porvenir». Esperemos un porvernir un poco distinto, más nos vale.
¡Hala Mariano, que tú puedes con esto y con menos!
¡Cómo será el candidato Trump que le gusta hasta a los rusos, enemigos acérrimos (dicen) de los yanquis!
Vean la noticia en la así llamada «prensa seria».
No se trata de lo que en tiempos de la así llamada «conquista» de América fue denominado la nueva España. Se trata de la visión que en-estos-dias-tan-señalados (aniversario del golpe de estado de 1936) tengo de lo que fue el país en los casi 40 años de dictadura. Bueno y de la visión que, a día de hoy el país continúa a ser, una gran decadencia adornada con banderitas.
Una de las fotos está hecha en Medina de Rioseco (Valladolid), en la calle Román Martín, y la otra, la foto de la nueva España, en San Fernando (Cádiz). Nótese que el pibe lleva el DNI de la mano (usad el botón derecho para aumentar la foto. Bien cierto es que cualquiera (o cualquiese) de las dos se podrían tomar en miles de sitios de la geografía Ñá (véase esta entrada para la explicación de Ñá).
¿Es posible tener un hotel sin personal, o casi? Si. Vean este ejemplo que encontramos en Madeira hace ya más de tres años. En la recepción se encuentra una lista de la gente que allá ha llegado o llegará, con indicación de la procedencia de su reserva. Luego se sube a la habitación asignada donde la puerta está abierta y se encuentra un papelito con la ¿factura? de la estancia y la indicación de que se dejé allí el dinero, se cierre la habitación y se deje la llave bajo el felpudo. Alucinante.
Les prometo que es la última de portugueses en un tiempo. Pero no me negarán que merecía la pena.
En la calle Román Martín de Medina de Rioseco (Valladolid) se pueden encontrar los restos de una ciudad que vivió tiempos mejores. La dicha calle es un homenaje a la decadencia, no exenta de belleza de la conocida como la ciudad de los almirantes, Si el lector del blog acertase a pasar por allá, en lugar cercano a la plaza mayor encontará, aún hoy, el lugar con las fotos que les adjunto y que, en un futuro cercano, no parece que vayan a estar erradas.
En un lugar donde vivía hace un tiempo, había un vecino que había hecho unas pintadas con un rotulador en el ascensor, se supone en los tiempos de viaje. Demuestran que el tipo es un poco memo. Lo más curioso es que luego me fui a vivir a otro lugar donde había unas pintadas muy similares, y esto me lleva a pensar en dos posibilidades: que el vecino memo o algún amigo hicieron el mismo recorrido (quizá en sentido inverso) o que el encargado de la manutención del ascensor es el autor de los dichos escritos. Se los muestro por si alguien tiene alguna luz que arrojar sobre el asunto. Del contenido de las mismas mejor no hablar, por ser tendencioso indudablemente.
El portugués es una lengua bastante parecida al castellano, pero los falsos amigos siempre están al acecho para hacernos caer en engaños. Talmente como en la vida real, vamos. La foto de hoy es, en realidad, una nueva versión de esta entrada más antigua. No por eso dejo de colocarla. Por si quieren ahorrarse la lectura de la entrada anterior les diré que el nombre del establecimiento se traduce como «bodega villa media» sin tener nada que ver con las aguas menores.
Uno de estos días le pondré la guinda al pastel de cositas encontradas en Portugal, finalizando esta etapa y a la espera de volver al país para cazar alguna nueva.
PIGS además de cerdos en inglés quiere decir Portugual, Irlanda, Grecia y España según la terminología que se urdió hace años en plena crisis en la que se vilipendiaba a estos países del sur llamándoles cerdos y haciéndoles, por ende, culpables de la gran crisis por haber vivido por encima de sus posibilidades. Los banqueros de Frankfurt y de Paris no tienen nada nada nada que ver, se lo aseguro.
Pues les reto a que encuentren y envíen un lugar de visita turística en Alemania y Francia (por restringir la cosa) en que se puede ver el abandono que hay en nuestros países. El ejemplo está tomado en Oporto y es el mirador de la victoria. Se trata sin duda de desidia pero habría que preguntarse debido a qué razones campa por nuestras ciudades ese abandono. ¿O no?
La banca nunca pierde, señores. De ahí que aunque abuse de sus clientes con las ya declaradas ilegales «cláusulas suelo», el poder político les perdona los pecados y les pone como penitencia que paguen lo robado a sus clientes sólo desde 2013, que antes no porque claro, pobrecitos banqueros…
La foto que ilustra el comentario (a la que le faltan los billetes saliendo de los huecos del ladrillo) es obra de Jean Claude.