Archivo por meses: mayo 2025

Los vicios de dos en dos

Curioso producto que reúne dos de las drogas que más afectan a las mentes de este santo país. Uno de ellos en franca decadencia (afortunadamente) y el otro en auge espantoso. Ambos reunidos en un productito de venta no-me-acuerdo-donde. Es que la foto ya tiene algunos añitos, trece en concreto. Para que vean los asistentes a esta página que atesoramos gilipolleces durante bastante tiempo.

Más de candados

Siguiendo la estela de candaditos de «El malvado Margarito», aquí les presento una escena tomada en una de las entradas laterales del jardín botánico de Oporto. Curioso el cartelito que prohibe (ejem) la entrada al público en uno de los accesos laterales. Hay dos fotos para que se pueda apreciar la belleza de la decadencia que tanto atrae en el país vecino. Y luego, a continuación un detalle del «cierre» que -pretendidamente- impide la entrada. Para flipar.

Variante de los candados

Hace unos días, caminando por la ciudad, me encontré con algo curioso: una especie de variante de la estúpida costumbre de llenar de candados los barrotes de cualquier valla o cerramiento (costumbre esta que podría dar para un sesudo estudio psicológico porque, que concepto es aquel que presuntamente liga el amor a barrotes y cerraduras).

Bien, como decía, me encontré con esta otra cosa hace unos días: en lugar de candados colgados en barrotes, una especie de zurullos de lana. Y si la variante de los candados ya, de por sí, es una costumbre peculiar, esta alternativa textil no sabría como calificarla.

Como diría uno, el ser humano es fractal.

Necesidad urgente de IA

Esta sociedad necesita urgentemente una inyección de inteligencia artificial en vena, ya que la estupidez natural (EN) campa libre por nuestros lares.

Ha llegado a mis oídos -espero que no sea cierto- la siguiente noticia:

Los estudiantes de Salamanca que deben hacer la PAU (Prueba de Acceso a la Uni) han solicitado a los estamentos reguladores de la misma que se coloquen relojes con números (digitales les dicen por lo de los dígitos), ya que hay alumnos que «no saben» leer los relojes con agujas. ¡Y se lo han concedido, joder!

  • ¡Viva la generación milenial!
  • ¡Viva la estupidez generalizada!
  • ¡Viva la falta de esfuerzo!
  • ¡Viva la simpleza!
  • ¡Viva la haraganería!
  • ¡Viva la ignorancia!

Y no sigo porque terminaría diciendo como el tuerto golpista y no quería, de verdad.

Las apariencias engañan

Y no solo las apariencias. También, y mucho más, nuestros prejuicios.

Las fotos a continuación muestran unos pies calzados con un par de estrambóticas zapatillas. El dueño de estos pies bien podríamos pensar que es el reguetonero o el rapero de moda, pero no.

Estos pies pertenecen a un músico de la llamada «música seria» o música clásica. En particular, a un director de orquesta sinfónica.

Así que como recomendación del día, diríamos: sean precavidos y no se dejen engañar ni por sus ojos ni por sus prejuicios.

PD: disculpen por la baja calidad de las fotos. Estaba lejos y la cámara de mi teléfono móvil no daba para más.