
El pasado mes de octubre, me escapé de celebrar la tan hispanísima fiesta de «El 12 de Octubre» y me largué en buena compañía a Berlín.
Allí pude encontrar, entre otras cosas, este bonito ejemplo de convivencia en paz y armonía de los viejos y los nuevos dioses en nuestro occidente actual. Sirvan ambos, como estupendo ejemplo de perfectos y elaborados sistemas de control de mentes y rebaños. Eso si, cada uno con sus particulares sistemas de difusión (como bien puede verse en la imagen).