Vean este comerciante que tiene el negocio junto al llamado «Arco de Aníbal», al final de la calle Tentenecio de Salamanca. ¿Será premeditado?

El así llamado y desaparecido «arco de Aníbal» (como tantos monumentos y patrimonio) tiene una curiosa leyenda que ha dado a las mujeres salmantinas fama de valor y arrojo. Lean, lean.
Y el nombre de la calle, Tentenecio, tiene también una leyenda similar a tantas otras de un santo que detiene a una bestia (en Valladolid hay una similar). Aunque sea menos interesante será tan profana como la otra, por eso les pongo el enlace.
Y ya puestos a sacar punta a las cosas, Podemos quizá el santo que detenga al necio. No me refiero a Donma, no sean ustedes mal pensados, me refiero a la bestia llamada Troika. De momento ha levantado la mano, ya veremos.