Y además en mayúsculas. Pintada de unos 20 metros de largo por casi dos de alto, hecha en una de las paredes de una facultad de la zona de la universidad Sapienza de Roma. ¡Qué cabreo tendrá la criatura para hacer esta pintada! Por cierto la he visto en algún otro sitio también, de modo que el cabreo debe ser de órdago a la grande, la chica, los pares y el juego.
La traducción de «Non ho mai imparato» sería «No he aprendido nada». Hala, gentes que en las hispanas universidades estáis, mostrad vuestros cabreos en semejantes tamaños.
Nota: haced clic en el botón izquierdo para ampliarla
Esta, sin duda hecha por un español, se encuentra en la entrada de Villa Borghese más cercana a la Piazza del poppolo, en Roma. Lo del español lo digo porque quién si no, pondría una ñ en una pintada que, además, está en ese idioma. Bueno, a medias, porque parece que alguien añadió la parte superior en italiano (soy un cerdo). El mensaje no puede ser más adecuado en una ciudad donde hay una mirlada de gente que vive en la calle y cuyas condiciones higiénicas, por tanto, dejan bastante que desear. Y bastante resulta un adjetivo muy considerado, créanme.
Un año jubilar es un motivo más para hacer alguna limpieza. O intentarlo. Este año, por ejemplo, que es uno de esos años, en Roma no dejan en ciertos barrios (no he indagado más sobre el asunto) al parecer solo dejan sacar a la calle las basuras de cierto tipo los días indicados. Se supone que esto debería hacer la ciudad algo más presentable, menos marrana vamos. Volveré sobre el asunto dentro de unos días.
Las limpiezas (véase Barcelona o Sevilla para la Expo) han de ser cuidadosamente sometidas a una escrupulosa limpieza de gentes. Si creen que esto ha empezado en el infame siglo XX se equivocan. La demostración es esta placa de mármol que el otro día fotografié en alguna calle del centro de Roma. No apunté el nombre, pero estaba cerca del Campo dei Fiori, donde la estatua de Giordano Bruno homenajea a las limpiezas, esta vez, ideológicas.
Al turrón, como dice un amigo. Aquí está la foto de la placa de mármol en la pared y su transcripción que no deja duda alguna sobre el propósito de la misma.
ANNO IVBILIE MDCCL
QUI DEVONO METTERE I VIGLIETO TUTTI GLI OSTI ALBERGATORI LOCANDIERI ED ALTRI PER DARE NOTIZIA DE FORESTIERI CHE SI INFERMANO NELLE LORO CASE ALLA VENERAB CONFRATr DELLA DIVINA PERSEVERANZA, CON AUTORITA APOSTOLICA ERETTA A TENORE DELL ULTIMO EDITTO DELL Emo VICARIO EMANATO IL DI XVII DECEMBRE MDCCXLIX
AÑO JUBILAR 1750
AQUÍ DEBEN COLOCAR LAS NOTAS TODOS LOS HOSTELEROS, POSADEROS Y OTROS PARA DAR NOTICIA DE LOS FORÁNEOS QUE SE ENFERMAN EN SUS CASAS A LA VENERABLE CONFRATERNIDAD DE LA DIVINA PERSEVERANCIA, CON AUTORIDAD APOSTÓLICA ESTABLECIDA DE CONFORMIDAD CON EL ÚLTIMO EDICTO DEL EXCELENTÍSIMO VICARIO EMANADO EL 17 DE DICIEMBRE DE 1749.
Nota: He aquí la traducción aproximada a nuestra lengua. Si hay errores, que los habrá, espero se disculpen por la ausencia de certificados de conocimientos de historia y lingüística italiana del que escribe estas líneas que, para más INRI, es (o fue) de ciencias.
A veces (solo algunas) la gente que hace pintadas tiene buenas ideas, creativas y hasta decorativas en un cierto sentido. Es el caso de esta que he pillado en un barrio eminentemente universitario de Roma, San Lorenzo. El personaje de aura dorada que rompe un círculo dorado -semejando a Jesucristo- con la leyenda «Breaking bread» en clara alusión al hecho que desarrolla (romper pan) y el nombre de una vieja serie «Breaking bad» (Haciéndose malo). En la serie un profesor universitario se dedica a fabricar droga para pagarse un tratamiento contra el cáncer que le han diagnosticado. Hasta el cartel imita el logotipo original recuadrando las dos Br.
Como curiosidad adicional aparece una firma de un escarabajo con las palabras «STERCO RARO» o sea «Estiércol raro» lo que apunta probablemente a que se trate de un escarabajo pelotero, de esos que se alimentan de las boñigas animales. ¿En referencia a la imagen superior?¿Firma de artista? Queda la duda.
Esto eran «influencers» y no la panda de mataos, inútiles, creídos, chupones, chulos, payasos, necios, ridículos y otros adjetivo que me callo. Igualitos que los del siglo XIII. Parece que la evolución técnica y la comodidad no han crecido parejas a otros aspectos.
La decoración es del techo de una de las estancias de la casa de las lechuzas (Casa delle civette) en Villa Torlonia, no lejos del centro de Roma.
o al menos eso creo recordar haber leído, que hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Hoy les presento una demostración de que la segunda es, efectivamente, cierta: Kia -fabricante de coches eléctricos- ha sacado al mercado en versión limitada un ambientador con olor a gasolina para que los pobres que han decidido comprar una máquina eléctrica no echen de menos ese olorcillo del combustible arcaico que usamos en la mayoría de coches. He aquí el artículo donde se cita tal evento.
¿Se habían planteado los primeros fabricantes de coches un ambientador con olor a caca de caballo? Con seguridad: no. La estupidez, pues, tiende a crecer «ad infinitum».
Nota adicional: como la red tiende a perder la memoria, aquí va también un pdf con el texto para un futuro incierto.
Calle Giovanni Giolitti 160, a unos 200 metros de la estación Termini. El vecino del segundo se ha comprado un coche (ejem, una cajita) eléctrico de la marca de los dos circunflejos. En la zona no hay cargador cercano, menos aún en el edificio de los años 40 del siglo pasado. Pues nada, manos a la obra: aparco en la acera justo debajo de la ventana de mi casa, un alargador y hala, a funcionar.
Nótese que en realidad no hay un alargador sino dos empalmados cuya unión cuelga en el aire (típica chapuza italiana) pero por si acaso llueve (estas cosas pasan) pues le pongo un trozo de bolsa de plástico a modo de paraguas. Una obra de ingeniería que se remata en la entrada de carga del cable en el vehículo. En las fotos se puede apreciar el completo, detalle del empalme y entrada en el coche. Como era un poco tarde hice las fotos con flash y cuando ya me largaba asomó la cabeza del dueño por la ventana, sorprendido -supongo- o quizá confundiéndolo con la tormenta que andaba rondando.
La escultura del fallecido papa polaco, sí ese que grababa discos, está frente a la estación de tren Roma-Termini. Para mí, llámenme mal pensado si lo desean, es la demostración en un solo objeto de lo que es la religión, las religiones debería decir si las conociese todas: mucho boato, mucha cáscara, mucha apariencia, pero vacío en el interior.
Les juro por Armani que mañana publico otra cosa más digestible y más divertida.
Los nuevos dioses acompañan en el «panteón» a los viejos ídolos. La prueba la tienen en la foto hecha hace pocos días en una tienda de pakistaníes, el equivalente a las de sudamericanos que tenemos en España o como los bazares de los chinos ampliados a comidas y bebidas. La estantería de regalos del escaparate tiene a varios futbolistas, al papa, a Jesucristo, vespas, bolitas de nieves… De fubolistas y papas vengo sabiendo lo mismo que de los precios del saltamontes frito en Tailandia (si es que comen), así que los aficionados que hagan la identificación por su cuenta.