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La llave bajo el felpudo (versión 2.0)

Resulta (y de este artículo he sacado la información) que la contraseña más habitual es 123456 al menos se daba en 1,9 millones de cuentas de las 38 que robaron a los usuarios de Apple en nosequé página. Y las 20 primeras de la lista no eran mucho más ingeniosas, la verdad.

Vamos que se demuestra que la estupidez, como propugnamos e informamos desde aquí, está bastante extendida.

Aridez iconográfica y adivinanza

Nuestro hostmaster, a la sazón el que manda en todo este tinglao de blog, nos tiene hace ya meses a dieta de imágenes. Será que mirar engorda y, bien intencionado, quiere que nuestros huesos estén adornados tan sólo con piel. ¡Que majo!

En esta tesitura no podemos ver las fotitos que voy haciendo por el mundo universo, pero bien es cierto que puedo poner referencias a las que hacen otras gentes. Esas son las únicas que ven ustedes últimamente.

Hoy la inspiración me llega vía web en forma de adivinanza:

  • Los ladrones* son absueltos
  • Los jueces* son condenados
  • Los asesinos* amnistiados
  • Las víctimas* en las cunetas
  • Los trabajadores* acosados
  • Los corruptos* premiados

y añado:

  • Los sinvergüenzas* admirados
  • Los banqueros* subvencionados
  • Los pobres* perseguidos
  • Las  libertades recortadas

Adivine el avezado* lector* de qué país se trata.

* Nota: Se trata de génericos que incluyen masculinos, femeninos, ambiguos, epicenos, feministas e incluso animales dotados de capacidad lectora.

 

La energía del futuro es una mierda

Vean, señores y señoras, lo que nos depara el fin (negado cual crisis por político español) de los combustibles fósiles. Se trata del aprovechamiento del metano generado de forma natural en la digestión que los bóvidos (y muchos bípedos implumes) producen.

¿Para cuándo un invento similar para asturianos? Así convertiríamos a las nórdicas tierras en el nuevo golfo pérsico. Veo además la ventaja de que los amigos, las parejas y la sociedad en general nos pedirán que nos tiremos pedos en público, peerse dejará de estar mal visto socialmente, los pedorros se forrarán de pasta y la sociedad en general se beneficiará de las aerofagias prohibiendo, por ley, la contención.

Y aquí la noticia original en portugués.

De ángeles y demonios

Hace años un amigo me regaló un ejemplar del libro «Energía y pureza» escrito por el lenguaraz obispo húngaro Tihamer Toth. El libro es una magnífica compilación de tonterías, lugares comunes, suspicacias y hechos infundados acerca del mundo del sexo cuya única función es el control de las mentes jóvenes para poder manejara al antojo eclesiástico la energía y potencia sexual de sus feligreses. El libro está bien escrito, es ameno y divertido (yo me reí bastante) a pesar de que el contenido es bastante exiguo: no te la machaques, chaval, podría ser un buen resumen. Está disponible en la red para su descarga, sin más que hacer clic en el enlace superior.

Pues el que me lo regaló, que era o es un cachondo mental, entre sus páginas había colocado también un recorte de una revista, unas páginas en realidad, con técnicas masturbatorias. Pensaba habérselo regalado a otra persona al que conocemos por «Onanator» (léase onanietor) pero al final cayó en mis manos. A estas páginas de la revista les he sacado más jugo, ya me entienden. Seré como mi amigo y haré la inserción de algo parecido aquí, para que se expriman ustedes en sus ratos libres.

Yo creía hasta hace un rato que estas cosas ya habían pasado de moda, que la historia las había dejado obsoletas, pero no. No señor. Aprovechando el infinito potencial de la red se ha extendido el mal. Un ejemplo son las páginas de la rimbombante «Iglesia de la nueva era» que lo único que tiene de nuevo es el nombre. Bajo los auspicios del Reverendo Gonzalito (o el Reverendo Daniel Salcedo) se pueden encontrar incontable cantidad de gilipolleces, lugares comunes, prejuicios, seudociencia y más chorradas que les dejo a ustedes clasificar.

Ríanse un rato con esta y esta que hablan (es un decir) de la masturbación, o esta que habla de lesbianismo. De entre las mejores cosas que se encuentran en ellos es lo de que el almizcle «son las lágrimas de los espermatozoides». Impresionante, simplemente que en la red puedan convivir semejantes supercherías escritas por mamarrachos como Gonzalito-buen-rollo con las que escribe, por citar a alguien que me viene a la mente, como Chomsky.

Las tetas asesinas atacan de nuevo ;-)

La verdad que no pensé que unas tetas podían dar tanto miedito a unos conspicuos señores de corbata y fúnebre traje. Pero mira tú por donde me alegra, pero mucho mucho mucho, que una cosa tan inocente cause en este país, un revuelo tan gordo. Bien mirado no es más que una chiquillada, una pequeña picia, casi una broma que, en los EEUU igual les costaba la perpetúa visto la que se organizó con el pezón de la Jackson.

Actualización 2025: la imagen que aquí enlazamos ya no está disponible.

¡Te cagas! (Quod erat demostrandum)

El otro día andaba de gira por tierras hispanas, concretamente en Sagunto, sufriendo las consecuencias de las ideas de los arquitectos que han cometido un crimen inigualable con el teatro romano. Vean el «pepito piscinas» de turno, la que preparó. Y el político que lo contrató y aprobó el proyecto no tiene menos delito.

Y nos fuimos a comer en un restaurante que estaba hasta las trancas de gente ya que era fiesta, había moros y cristianos, mercado medieval-plástico y no-sé-cuantas-cosas-más. En el dicho lugar había dos parejas jóvenes que tenían sendos productores de caca (usease niños), uno de ellos bastante chico, digamos unos dos meses. Pues al socaire de la comida y entre ruido de platos y cubiertos comentaba uno de los próceres, literalmente: «Pues yo, a mis 35 años, no creo que haya leído ni 20 libros en mi vida». Se ufanaba el muy hideputa en su estulticia. El otro padre no andaba a la zaga, aunque no citó cifras mientras su señora (salvando el honor familiar) aseguraba haberse manducado más de 50 en lo que iba de año», etc. En estos términos (que no hacen sino confirmar la noticia de que los españoles somos unos bestias integrales que hoy aparecía en los periódicos) se desarrollaba la situación.

Y hete que el lector de 20 libros huele al crío, que se había cagao como es su obligación ante tamañas afirmaciones de su progenitor, y decide cambiarlo. Y lo hace, allí, a restaurante lleno, encima de la mesa. Tan majo él que daban ganas de cortarle en 20 pedazos, uno por cada libro que seguro que no ha leído, y echárselo a los buitres para que gozasen de semejante carroña.

Terminó la escena con el abnegado bestia acercándose a la barra y pedir que le dejasen tirar el celulósico paquete enmerdado. Cosa que, dicho sea de paso, no espantó a los camareros a pesar de hacerse sobre la barra del negocio.

¡Te cagas!