Más de candados

Siguiendo la estela de candaditos de «El malvado Margarito», aquí les presento una escena tomada en una de las entradas laterales del jardín botánico de Oporto. Curioso el cartelito que prohibe (ejem) la entrada al público en uno de los accesos laterales. Hay dos fotos para que se pueda apreciar la belleza de la decadencia que tanto atrae en el país vecino. Y luego, a continuación un detalle del «cierre» que -pretendidamente- impide la entrada. Para flipar.

Variante de los candados

Hace unos días, caminando por la ciudad, me encontré con algo curioso: una especie de variante de la estúpida costumbre de llenar de candados los barrotes de cualquier valla o cerramiento (costumbre esta que podría dar para un sesudo estudio psicológico porque, que concepto es aquel que presuntamente liga el amor a barrotes y cerraduras).

Bien, como decía, me encontré con esta otra cosa hace unos días: en lugar de candados colgados en barrotes, una especie de zurullos de lana. Y si la variante de los candados ya, de por sí, es una costumbre peculiar, esta alternativa textil no sabría como calificarla.

Como diría uno, el ser humano es fractal.

Necesidad urgente de IA

Esta sociedad necesita urgentemente una inyección de inteligencia artificial en vena, ya que la estupidez natural (EN) campa libre por nuestros lares.

Ha llegado a mis oídos -espero que no sea cierto- la siguiente noticia:

Los estudiantes de Salamanca que deben hacer la PAU (Prueba de Acceso a la Uni) han solicitado a los estamentos reguladores de la misma que se coloquen relojes con números (digitales les dicen por lo de los dígitos), ya que hay alumnos que «no saben» leer los relojes con agujas. ¡Y se lo han concedido, joder!

  • ¡Viva la generación milenial!
  • ¡Viva la estupidez generalizada!
  • ¡Viva la falta de esfuerzo!
  • ¡Viva la simpleza!
  • ¡Viva la haraganería!
  • ¡Viva la ignorancia!

Y no sigo porque terminaría diciendo como el tuerto golpista y no quería, de verdad.

Las apariencias engañan

Y no solo las apariencias. También, y mucho más, nuestros prejuicios.

Las fotos a continuación muestran unos pies calzados con un par de estrambóticas zapatillas. El dueño de estos pies bien podríamos pensar que es el reguetonero o el rapero de moda, pero no.

Estos pies pertenecen a un músico de la llamada «música seria» o música clásica. En particular, a un director de orquesta sinfónica.

Así que como recomendación del día, diríamos: sean precavidos y no se dejen engañar ni por sus ojos ni por sus prejuicios.

PD: disculpen por la baja calidad de las fotos. Estaba lejos y la cámara de mi teléfono móvil no daba para más.

Autoexplicativo

Cartel portugués autoexplicativo. No es un insulto, no tiene tintes sexistas. Se trata de un municipio portugués cercano a la frontera salmantina. El indicador de la foto apunta hacia un dolmen visitable que está en el pueblo.

Por cierto, al parecer el nombre (Wikipedia dixit) procede de la derivación del nombre de un árbol de la zona.

Sincretismos

A poco que se rasque en la historia de la religiones modernas se encuentran las capas de anteriores creencias, algunas milenarias, que conforman el conjunto de reglas, costumbres, simbologías y demás parafernalia. Es normal, pues -casi obligado diríamos- que el conjunto se amalgame en los lugares más inesperados, como por ejemplo el escaparate de una tienda. De esas que llamaríamos esotéricas para hacernos entender. La venta de útiles para la práctica de los ritos no se restringe -en muchos casos- a la dominante religión de este-santo-país, la católico-apostólico-romana como les gusta decir a sus acólitos. La libertad de culto ha llegado al negocio, de modo que en muchos lugares encontrarán ustedes vitrinas como la de la foto que -dicho sea de paso- no me acuerdo dónde la hice. Disfruten de la tolerancia mientras dure.

Italianadas

Después de una interesantísima más bien insulsa semana perdida en un evento de emprendimiento pasado en Marbella y tras sufrir los agobios y apretones que todo visitante de estas zonas debe, volvemos al trabajito estúpido.

Esta mochila de fantasía fue fotografiada en Florencia hace algunos años. En los tiempos que corren supongo que se habrán vendido unas cuantas (al menos en Roma) y que algún diseñador ya habrá comenzado a la versión con el nuevo jefe nombrado esta semana, de modo que para el verano que está cerquita se puedan hacer con la última moda actualizada.