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La gilipollez es impredecible

La costumbre de colocar candaditos para significar el amor (vaya asociación, por cierto) ha calado tanto que en París recogen toneladas de candados del puente donde empezó la bobería. La tal se extendió a velocidad de Covid a lo largo y ancho de este nuestro planeta. Roma, claro, no ha escapado a tal virus que, además, ha mutado. Ahora le añaden otras cosas más ramplonas (como los amores de hoy en día): cascos, cables, pulseras, alguna corbata… Condones no vi, mire ud., con lo bien que cuadran con el tema amoroso.

Vean esta foto de una de las vallas que rodean a las ruinas de los foros romanos, está atascada de estos trastos. Debajo he puesto un detalle como demostración. Pero no termina ahí la bobería de hoy, no. Un adolescente había desatado y se llevaba de la mano uno de los cascos peeeeero la atenta mirada de la madre le vio y le echó una regañina de lo más serio en lo que a estos oídos paletos le pareció un inglés muy británico. Le decía, seria, muy seria y hasta enfadada: eso no es tuyo, déjalo ahí ahora mismo. El chaval ni rezongó, se volvió mientras yo que pasaba al lado después de hacer la foto flipaba con el nivel de gilipollez que nos rodea. Me iba riendo pensando en que el argumento de la higiene ni lo había rozado la señora, lo que le preocupaba era que el chisme era de alguien. Alguien que allí lo abandonó a su suerte sin más miramientos que perro en gasolinera o abuelo en residencia.

Más de lo mismo

Hace no mucho publiqué una foto hecha en Cartagena, en el museo donde se encuentra el submarino de Isaac Peral. En ella se veía una salida de emergencia cerrada con una cadena. Pues bien, el sábado pasado visitando las ruinas de Herculano me encontré con otra lindeza por el estilo: Una salida de emergencia cerrada por una valla de obra. Es de reconocer que es bastante más fácil saltarse la protección que en el caso de Cartagena, y también que es más difícil que haya que usar una salida en unas ruinas a cielo abierto en su inmensa mayoría. Pero bueno, queda hecha la demostración de que en todas partes cuecen habas. Y pasta.

La voz del pueblo molesto

La pintada es casi, en los tiempos que corren, la única versión casi libre. Siempre y cuando no haya cámaras, obviamente, algo cada vez más difícil. Tampoco es que sirva de mucho, quizá solo para aliviar el cabreo pensando en que estamos aportando. Quede aquí este ejemplo pillado esta misma mañana en la estación de tren Garibaldi de Nápoles: Netanyahu Herodes III 120000 muertos (bueno eso es lo que quiere decir, creo, porque la ortografía…). Así, en pequeño, en una pared y con un rotulador. Conmovedor, real y triste a partes iguales. ¿Habrá algún día un nuevo Nuremberg?

¡Te tengo una sorpresa!

Ay, querido familiar, como sé que te gustan los regalos, aquí tienes el de tu próximo cumple: ataúd y entierro completo. Espero que te guste y sobre todo ¡que lo uses pronto!

Firmado: Elinte Rés

P.S. No te olvides de ir haciendo testamento, que luego…

Foto hecha ayer en Roma, en el barrio San Lorenzo. Traducción: El regalo. Aquél útil. Ataúd de honor (¿lujo?) y funeral completo. 1250 euros.

¡Ya te queda menos Cristiano!

Capturada ayer en Roma esta imagen de un anuncio de una universidad. Parece que para atraer a la gente a las aulas hay que recurrir a otras gentes cuyo mayor mérito es darle patadas a un balón. Igual en España vemos alguna con «tiktokers», «youtubers» o alguna de estas profesiones tan en boga últimamente. En cualquier caso es innegable que este es probablemente el momento en que el lanzabolas ha estado más cerca de universidad en toda su prolongada (desafortunada y afortunada) vida. ¡Ánimo, majo, de aquí al «Honoris causa» no habrá más de 500 o 600 goles!

Gamberradas simpáticas

Las pintadas -ya saben de mi obsesión por el tema- son a veces reivindicativas, a veces simples expresiones del ego y otras muy simpáticas y decorativas. Sí, simpáticas y decorativas a pesar de ser gamberradas.

Es en Italia, concretamente en Florencia donde los artistas del rotulador y el espray (quizá tan solo uno) se dedicó a «interpretar» las señales de tráfico. Vean unos ejemplos.

Luego siempre viene el aprovechado emprendedor de turno que dice: aquí hay pasta. En Italia lo de la pasta, ya es sabido, es un culto. Y se monta un negocio con el inventito ajeno. Dudo mucho que se trate del mismo «artista» porque la policía le habría metido mano. Sea como fuere aquí va la formalización de la gamberrada convertida en máquina de hacer dinero. Y es que si hay algo que los italianos saben hacer bien -muy bien- es vender y venderse. Ya podíamos aprender un poco por estas tierras.

Pérdida del norte

Necesitamos una brújula con urgencia. Una que no use el magnetismo a ser posible porque es sabido que el magnetismo terrestre es errático. Como decía Battiato en los 80, busco un centro de gravedad permanente. A mi me hace falta uno que me ancle el concepto de arte que me da más vueltas que la cabeza después de una botella de ron (con hielos), después de una tarde de cañas. Vean esta obra de arte, con su cartela en la parte derecha que indica el nombre del autor, técnica (ejem), y título.

La foto, se lo juro, está hecha en un museo de Florencia. ¿No me creen?¿Parece que haya algún equívoco y que la cartela es de otra obrita a la derecha? Pues vean la obra de la derecha con, por supuesto, su cartela.

C.S.Q.D. (Como Se Quería Demostrar)

En conclusión: si la vista de la naturaleza artificial (jardín) a través de una puerta de emergencia es considerada una obra de arte es que estamos alcanzando las más altas cotas de la estupidez.