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Notición

Así reza el titular de «la noticia» publicada en la edición electrónica del periódico El Norte de Castilla:

«El futbolista campeón de Europa Andrés Palop se compra un Porsche en Valladolid»

El subtítulo de la noticia no se queda atrás haciendo mención al precio de venta del vehículo:

«… ha adquirido un todocamino de la marca alemana valorado en más de 120.000 euros»

Y me pregunto ¿cuál es la noticia?

  • ¿Un futbolista se compra un coche?
  • ¿Un futbolista campeón de Europa se compra un coche?
  • ¿Un famosillo se compra un coche?
  • ¿La marca del coche?
  • ¿El precio de venta del coche?
  • ¿La ciudad donde se cierra la transacción?

No hablaremos del hecho de considerar noticia que un futbolero (financiado y enriquecido en parte con el dinero de todos, digo esto por aquello de que el mundo del balompié rasca pasta de cualquier lugar, publico o privado) se compre un coche por un dinero con el que se podría comprar una vivienda (burbujonias aparte, claro).

Nivelazo ¿eh?

Es curioso, además, que semejante notición esté incluido en el «muro de pago» (paywall en idioma chic) del mencionado medio. Resulta curioso, digo, que se pretenda cobrar por poder leer completamente tal majadería y presunta noticia. Insisto, nivelazo.

Por cierto, no es la primera vez que este medio de comunicación publica una «noticia» de este cariz y de tan poco pelo. Vean la hemeroteca…

¡Para lo que han quedando los medios de la llamada prensa seria!

Cazado…

andar-por-el-campoHace tiempo hacíamos befa, mofa y escarnio del cartelito «Nordic walking» que adornaba las paredes vallisoletanas. Pues señores y señoras, el otro día cacé al que se enfadó en los comentarios porque llamaba yo a esa actividad «andar por el campo». Pues resulta que lo anuncia en el coche de un taller mecánico. Vamos, como la funeraria «Alegrías», el hospital «Pijama de madera» o la fábrica de condones «Pañales». Ah, que no les gusta, pues pónganlo en inglés, que los mamarrachos andantes que pueblan las calles de nuestro país seguro que lo compran encantados. Al fin y al cabo eso mismo (a la inversa) pasa cuando se traducen esas canciones tan impresionantes que toda la vida hemos tarareado sin saber y no eran más que una inmensa sarta de lugares comunes, horteradas y ñoñerías varias.

Les dejo unos días, me voy de caza a pillar fotos para las siguientes entradas de este santo blog. El Malvado Margarito tomará (si le sale de las trenzas) el relevo de este cansado Acechor. Salud.