El PP lleva gobernando en Salamanca desde 1995. Pues bien, no se pierdan la desfachatez de semejantes gentes que atribuyen la deuda actual a lo que, según ellos, ocurrió hace más de 17 años cuando gobernaba el PSOE. La noticia, desde luego, no tiene desPPerdicio.
http://www.massalamanca.es/salamanca/7018-el-pp-afirma-que-el-psoe-de-salamanca-es-el-culpable-de-la-deuda-del-ayuntamiento.html
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Convirtiendo oro en plomo
La transformación de oro en plomo, la conversión de una de las más bellas plazas del mundo en una horrendez digna de aparecer en este y otros blog. Vean como el consistorio dirigido por Mañueco ha transformado en un horrendo espacio a la espectacular plaza mayor de Salamanca. La fotografía no puede expresar todo el espanto que produce la contemplación del espacio tras la intervención navideña. Otro motivo de oprobio más para odiar la navidad y sus efectos secundarios: el gasto imbécil y la horterada. Espero, lectores, que no tengáis que pasar por el horror decorativo estos días. Volved, eso sí, a este lugar de belleza sin par transcurridas estas-fechas-tan-señaladas.
P.D. Igual, pensando un poco más, las feísimas luces verdes y rojas son un guiño a los portugueses que gustan de acudir a la plaza para celebrar el año nuevo (españoles no van apenas). En este caso el espanto se ve compensado por el buen gesto de consideración a los hermanos portugueses a los que tan injustamente hemos dado la espalda durante siglos.
Amor, amor…
La asociación de comerciantes intentando vender más (es que menos ya vendrá no sufran ustedes) se hace este maravilloso cartel en el que mezclan el corazón con la palabra inglesa en un burdo intento de que la cosa parezca menos cutre. Pues no, señores, es como si le ponen ustedes traje de faralaes a un burro: el burro sigue pareciendo un burro y el traje no luce, además de moletar al burro.
Ahora que lo pienso no sé porque estaré hablando de burros y trajes, de modo que vuelvo a lo mío. Salamanca es la ciudad del amor como Venecia la ciudad de los cafés o París la de las bicicletas o Berlín la de los cojines. Traducido, que si alguien se le ocurre decir que una ciudad es la-de-no-se-que no tiene porque serlo. Ejemplo sobran y no quiero andar en los buscadores para ilustrarlo. Eso sí, Salamanca, Valladolid, Madrid, Valencia o cualquier otra son las ciudades del amor AL LADRILLO, por eso andamos penando. Algún rato de estos ilustro con fotos esa pasión por el ladrillo que tanto abunda en la piel de toro.
El auto-bombo
En el mismo lugar donde dejan verracos milenarios en las calles a expensas de turistas, como se puede ver en el comentario anterior, encontré esta lindeza. Un dintel de piedra tallado con la inscripción «Viva mi dueño». Por la edad de la mayoría de los dinteles de granito que lucen las puertas de ese pueblo se podría decir que esta obra es de finales del siglo XVIII o principios del XIX. Hay que reconocer que la tolerancia debía imperar en el pueblo puesto que semejante bobada convive con textos laudatorios a vírgenes o instituciones religiosas. Da gusto, al menos, ver que los paisanos también tenían sentido del humor, cuando se lo permitían, claro.
Me pregunto si Don Ramón María del Valle Inclán tomo referencia de esta piedra para dar vida al segundo tomo del «Ruedo ibérico» llamado «Viva mi dueño«, si como parece, la piedra es anterior al libro.
Más burros no pueden ser
Vivimos una época en que la estupidez generalizada de la población hace ya imposible una regresión del destrozo medio-ambiental. La educación brilla en las televisiones en los ojos de los pazguatos que por allí pululan y que demuestran su valía a voces, insultos y desprecios. Y la gente de la calle que ve esos espectáculos como modelos convierte la estulticia en infinitas formas a cada cual más vulgar e irrespetuosa.
Los imbéciles de la foto (me faltaron 3 segundos para pillarlos bien) estaban subiendo a un niño de dos o tres años al verraco milenario que adorna una plaza del Puente del Congosto (Salamanca). Ese verraco no debería estar ahí, eso está claro, pero tenemos ayuntamientos más preocupados de recalificar terrenos que de asegurar el futuro cultural, de modo que, bueno, el verraco está en el suelo, sujeto con cemento y sin protección, sin indicación de su valor ni nada que se le parezca. Vamos, que tampoco me extraña que el mamarracho medio español no lo distinga de un trozo de granito caído del cielo. Claro, suben al niño sin pensar que la repetida acción acabará con una piedra que debería estar en el museo provincial o local, pero que acabará como tanto patrimonio, en las fauces voraces de las excavadoras camino de algún vertedero, escombrera o como relleno de cimientos de algún adosado.
¡Me cago en los turistas, en los imbéciles y en los políticos deleznables que tenemos en este país!
Exposición
Ya tenemos título, fechas y cartel para la próxima exposición fotográfica: «Foto stitch, panorámicas y planetoides». Nos veremos entre los días 16 y 30 del próximo mes de noviembre en el centro cívico José María Luelmo en la calle La Armuña nº 3 de Valladolid.
Más cosas en Valladolid virtual.
Como anticipo, el cartel premaquetado: una vista de la Plaza de San Pablo en Valladolid:
La guarra ataca…
En Mogarraz (Salamanca) y en algún otro pueblo como La Alberca, tienen un cerdo comunitario que alimenta el pueblo y que circula como pedro por su casa por calles y plazas. Al final del año lo rifan y san martín hace de las suyas dando con el bicho en la mesa de sacrificio. El domingo pasado acerté a pasar por el Mogarraz a la hora de los calores y me encontré a la bicha dormitando entre sol y sombra, ataviada con sus colores en la frente y la bandera en la cintura, como cualquier anodino cotizante de hacienda.
Si los alemanes tienen su pulpo estos tienen su cerda. O igual es que los seguidores de la roja son cerdos, o igual es que los humanos son cerdos, o igual es que los cerdos siguen la moda…
Nótese que esta última afirmación viene corroborada por los anillitos que el animalito luce y sufre en su jeta, cual adolescente que se piercing, perdón que se precie. No tuve tiempo de comprobar si también lucía su tatuaje de rigor (perdón, tatoo, que mola más).
P.S.: ¿No debería ser un delito de injuria a la bandera semejante acto? La verdad que no le veo mucha diferencia a pisotearla, limpiarse con ella o quemarla, pero como no vamos a ser más papistas que el papa y juzgar a Fuenteovejuna digooooo a Mogarraz.
Espunjas, espolones y más cosas

En tiempos de crisis, el marketing despliega todo su poderío:
«ESPUNJAS PARA «ESPOLONES» DE LOS PIES. LAVAR EL COCHE Y… MÁS COSAS»
Esta bonita instantánea fue captada por El Acechor en una colchonería de la calle Los Ovalle de Salamanca.
Otra de nacionalismos

Como continuación a aquella nota publicada hace ya tiempo y probablemente por el mismo autor o uno de sus primos, presentamos hoy esta sentida reivindicación del salmantino barrio de Garrido.
Lo dicho, ¡estúpidos nacionalismos!