Tenía esta lindeza hace tiempo en la recámara. Aquí os va. La lindeza que publicó (pretendidamente) el anuncio debe hoy andar cerca de la sesentena. Deseamos ardientemente que consiguiese su propósito.

Tenía esta lindeza hace tiempo en la recámara. Aquí os va. La lindeza que publicó (pretendidamente) el anuncio debe hoy andar cerca de la sesentena. Deseamos ardientemente que consiguiese su propósito.
Hace unos días, caminando por la ciudad, me encontré con algo curioso: una especie de variante de la estúpida costumbre de llenar de candados los barrotes de cualquier valla o cerramiento (costumbre esta que podría dar para un sesudo estudio psicológico porque, que concepto es aquel que presuntamente liga el amor a barrotes y cerraduras).
Bien, como decía, me encontré con esta otra cosa hace unos días: en lugar de candados colgados en barrotes, una especie de zurullos de lana. Y si la variante de los candados ya, de por sí, es una costumbre peculiar, esta alternativa textil no sabría como calificarla.
Como diría uno, el ser humano es fractal.
Efectivamente, seguimos con las chapuzas y parece que nunca se acaban.
No me negaran que, esta que ahora les presento, recuerda mucho a esta otra publicada hace tan solo unos días:
En este estado lleva, la farola, bastante tiempo y, como la foto me parece que ya es bastante autoexplicativa, no les molesto más.
Otra de mercadillos: en este caso uno en la ciudad de Valladolid.
Estos de la foto, no sabemos si mentían o no en su eslogan publicitario porque, ya saben, en ocasiones no hay como decir la verdad para que no te crean.
Alguno habrá que algo parecido pensará cada vez que entre a pedir algo en un banco… (me refiero a lo de «recien robados», por si era necesario explicarlo).
Es gracioso ver los diálogos pintados en las paredes entre gentes que, quizá, ni se conocen. Bueno, es un decir, porque esta foto está hecha en el pueblo más grande de Castilla-León, useasé Valladolid, concretamente en la avenida de Madrid esquina paseo Farnesio. Vean cómo el grafitero Joker 3 (parece) le echa la bronca a otro por no acabar la obra. Tiene una enorme falta de ortografía en castellano (pimpoyo no existe, es pimpollo) pero el «probito» sabe escribir en ingléh (aspírese la h). Como muchos memos de su generación consideran que los anglicismos dan nivel a sus cosas, y se preocupan más de aprender cuatro palabrejas en inglés (vistas en la tele) que en pulir un poco su paupérrimo castellano. En fin, modas son modas, y creerse «cool» por poner «by» está hogaño muy en boga.
Si hay algo que fastidia, supongo, es que te pases un rato largo de noche preocupado por que no te pillen y venga otro tío y te pinte encima, con la cantidad de sitios que hay para pintar, leche. Y por eso los grafiteros se quejan los «probitos» y se echan broncas unos a otros y se piden perdón y esas cosas. Vean los ejemplos del túnel peatonal de la calle Puente colgante en Valladolid. Enternecedor, gamberros con corazón.
Hace un tiempo veíamos la lección 1 de este mismo curso, a la que remito a quien se la perdiese. Hoy, queridos niños, vamos con la segunda lección: la ortografía. Bueno, en realidad del curso de grafiter y de mucha más gente que da unas patadas al diccionario y al buen gusto que hacen llorar. Pues bien, he recogido una muestra de más elemental de las faltas de ortografía (salvando la del propio nombre, claro) y encima frente a un colegio y junto a la escuela de idiomas de Valladolid. Hala, majos, ante pintar id al diccionario, si es sólo un minuto, casi no consume datos del móvil y es gratis, JODER.
Este lugar tan bello es Santovenia de Pisuerga, junto a Valladolid. Se trata, además, de una zona del pueblo que era pasto de la especulación inmobiliaria que en la burbuja teníamos. Se quedó la obra como marco decorativo del campo que hay detrás que, a su vez, es la decoración de una serie de polígonos medio fantasmas que se llaman «El esparragal». Bueno, en realidad todo el pueblo está enmarcado por estas cicatrices de mejores tiempo. Pero yo no iba a hablar de eso, así que prosigo.
El ayuntamiento de Santovenia, consciente de su obligación y deberes ecológicos, construye un lugar del tipo «punto limpio» de acuerdo a los cánones monetarios de hoy en día: la miseria. Vallas de cerramiento, tejido de ocultación, un lugar accesible, cerrado y ya preparado. Hete aquí el «punto limpio» de Santovenia. Hay que reconocer que esto es mejor que lo que había hasta el año pasado (según denuncias de los izquierdistas, quejicas, habráse visto). Eso sí, el punto limpio más limpio del país sigue siendo contradictorio porque es allí donde echamos la basura, pero bueno, eso es harina del costal lingüístico, dejémosla allí.
Resulta impresionante hasta qué punto los ciudadanos dejamos llegar a nuestros gobernantes sin reaccionar de forma violenta. Se ve todos los días, es fruta de toda temporada.
Un pintamonas (o paredes) arrepentido hizo varias de estas en los alrededores de la plaza de Vadillos en Valladolor. No sé si se trata del canto de cisne del muchacho o de la sugerencia para que otros de la profesión dejen de hacerle la competencia. O símplemente de una gracia. Ah, lo de entrenador Pokemon es verdad, no se vayan a creer que llega hasta ese extremo la inventiva del pintor, grafitero o como quieran llamarle.
La foto se ve apenas, pero es que los servicios de limpieza del Ay-untamiento dio la casualidad que pasaron por ahí en esas fechas. Y esta aún se lee algo porque en otras los tachones (¿de la competencia?) no permiten ni leerlas. Piques profesionales, jeje.
Miguel, pase que no sepas ortografía, pero al menos activa el corrector del procesador de texto o programa de diseño. Si es que no hay perdón, no lo hay. Y para la chapuza del .com .es tampoco porque uno empieza a pensar que si en tu casa con tus carteles no tienes cuidado qué harás en casa ajena con muebles ajenos. ¿Te das cuenta de que la chapuza es contagiosa, leñe?
Foto hecha en Valladolid, calle Arcas reales si no me acuerdo mal, ayer mismo.