
Estas cosas se las encuentra uno en Roma cada poco. Vírgencitas, santitos, iglesias (hay casi 1000) y otras manifestaciones de la superstición del pueblo. Actualizadas, eso sí, como esta que tiene una iluminación LED.

Estas cosas se las encuentra uno en Roma cada poco. Vírgencitas, santitos, iglesias (hay casi 1000) y otras manifestaciones de la superstición del pueblo. Actualizadas, eso sí, como esta que tiene una iluminación LED.
Hay que ver qué poca imaginación tienen algunas personas los nuevos productos. Ejemplo: la virgen del ladrillo que fotografié en Portugal. Bueno, igual el público objetivo eran los constructores, pero ¡coño! al menos decora el ladrillo, alma de cántaro.

Foto hecha en una iglesia de Roma el año pasado. Como continuación de la entrada de ayer resulta de lo más ¿esclarecerdor?¿ejemplificanto? Elija cada cual su adjetivo. A mí lo que me llamó la atención no fue aquella cantinela de «siempre virgen» a la que no le acabo de ver el interés ni la gracia. Fue la (R) de marca registrada. Por eso hice la foto y por eso la comparto.

Tenía esta lindeza hace tiempo en la recámara. Aquí os va. La lindeza que publicó (pretendidamente) el anuncio debe hoy andar cerca de la sesentena. Deseamos ardientemente que consiguiese su propósito.

Cronología de la estupidez supina: un tipo roba un pañuelo a una hermandad de Tomelloso hace dos años, la hermandad hace la denuncia el año pasado y el ladrón publica un vídeo este año. El vídeo que se puede ver aquí tiene la voz alterada y el tipo sale disfrazado, exige como rescate la cantidad de cinco bidones de calimocho para que la gente disfrute, en caso contrario amenaza con quemar el objeto.
Por supuesto y tras cortas investigaciones después de la publicación del vídeo, el muchacho fue detenido. Se supone que el objeto fue devuelto a sus propietarios y que los jóvenes a los que pretendidamente iba destinado el rescate tuvieron que buscarse sus propias libaciones.
Disfruten de dos fotogramas de tan corto pero jugoso producto del altruismo nacional.


Prometo no dar más la paliza con semanasantadas, que bastante habrán tenido ya.
Cuando la cosa está fea ni la invocación a lo altísimo salva el pellejo del personal.
Vean la fuente de la foto en que el agua no se ve depurada ni por la presencia del saludo a la virgen madre (no es un oxímoron, dicen) hace bueno lo malo ni potable lo imbebible.
Gozad, lectores/as de mis desmanes mentales, puesto que estaré ausente unos días.
Besitos detrás de las orejas.
